miércoles, 24 de diciembre de 2014

Solsticio de invierno


Llegó el invierno, la noche más larga y el día más corto. Los rayos del Sol y el ángulo con la Tierra nos dejan apenas unas pocas horas para poder templar. No es cuándo más lejos estamos del Sol, pero la inclinación del eje de la Tierra apenas nos deja calentar el hemisferio Norte. 
Llegó el invierno en el Norte y empezaron a crecer los días, acercándonos cada vez más a la templanza veraniega. 
Llegó el verano en el Sur y ya no habrá días más largos, acercándolos cada vez más a las largas tardes oscuras. 
Aquí llegó con niebla, sol y heladas en ese ciclo continuo y hermoso de estaciones que nunca se detiene.

viernes, 24 de octubre de 2014

La Barrera de Solana


Solana de Fenar - en la tierra media que une las montañas con las riberas, entre los ríos Bernesga y Torío- se recorta sobre un fondo arenoso casi inverosímil de texturas y colores que rompe la otoñada del robledal. Una pequeña ventana a otro tiempo que nos muestra la misma tierra que pisaron los dinosaurios, allá entre el Terciario y el Mesozoico.

Es la Barrera de Solana. Un rincón de esa belleza cercana que reta a la fantasía.

jueves, 9 de octubre de 2014

Mariposean los treparriscos

Sólo en las rocas, en las tseras, los extraplomos y los argayos de un paisaje calizo, alpino, que desafia a la gravedad y al tiempo geológico. Sólo en las rocas y sólo en algunas. Han de ser calizas y han de ser alpinas. Sólo ahí mariposean los treparriscos Tichodroma muraria.


Decir treparriscos es soñar grandes cordilleras, moles rocosas del "Viejo Mundo". Es decir Altai, Himalaya, Irán, Caúcaso, Alpes, Pirineos; todas las grandes y un capricho en una pequeña, en la humilde Cordillera Cantábrica. 

Aquí en estas montañas y, sólo a veces, entre los pliegues de una roca o los restos pétreos de un glacial, una gran mariposa granate buscará una posición imposible, batirá sus alas en busca de un insecto y nos descubrirá una belleza que va más allá de los paisajes.

Ahí, habrá mariposeado el treparriscos.

viernes, 18 de julio de 2014

Mujeres del Alto Atlas

 Aicha es nómada. En verano las hierbas espinosas de los plateaux del M'Goun reverdecen con la retirada de la nieve, suficiente para su rebaño de 50 cabras y 4 burros. El invierno lo pasarán en los valles del sur dónde las nevadas no acosen a los rebaños. Ella, su marido y sus 16 hijos paridos. 

Fátima tiene 6 años, su hermana Samira, 8 y ya son suficientemente mayores para cuidar del rebaño enriscadas entre los paredones de las gargantas imposibles del Achabou.


Tuda, 4 años mal cumplidos, que ya la obligan a ocuparse de los chivines. Tuda, ya lo dice su nombre, la que es autosuficiente.

Tiziri recoge cada mañana la hierba que sus 2 vacas necesitan comer y, a veces, recorre kilómetros a por un poco de leña de una sabina vieja y largamente maltratada. Una de esas veces volvió unas horas más tarde, con la leña y su recién nacido Isul.

Tadderfit es la abuela del Valle feliz de Ait Bouguemez, 106 años de duro trabajo a pies descalzos.

 Ellas, las mujeres bereberes. Ellas van a por leña, ellas cuidan del ganado, ellas lavan en las acequías, ellas cocinan, ellas aran, sus niñas cuidan de sus bebés y de sus rebaños, cuándo aún no pueden cuidarse a sí mismas.... Ellas trabajan......pero ellas apenas deciden.


 

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Nombres ficticios para historias verdaderas.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Ciervas y ciervos pero no lobos

Cervus elaphus, el gran ciervo holártico, localmente y en ausencia de grandes predadores, tan abundante que sobrepastorea hasta el límite de ser considerado "ingeniero ecosistémico". Un sóla especie y casi todo el año dos escenarios diferenciados. 

En un monte Mediterráneo, primavera en la Raña de ese pequeño Serengueti ibérico del Parque Nacional de Cabañeros.

Ellos, demandan la energía que requiere el cambio de la cuerna, ahora cubierta de borra, y lo hacen en las zonas más densas del bosque. Unos pocos, se agrupan y establecen una jerarquía lineal que no deja espacio para las dudas por la dominancia. Recalco pocos, porque son jerárquicos y no es época de luchas sino de que crezca la cuerna. 

Ciervos en el P.N. de Cabañeros

 Ellas, pastan en dehesas muy claras con sus crías de este año y las del año anterior. Ellas sí en grupos más grandes, se exponen a la amplitud de la Raña.

Ciervas en la Raña

Se exponen porque pueden, porque no tienen miedo, porque saben que en la Raña no tienen predadores. No tienen predadores que limiten sus movimientos, estructuren sus poblaciones, que eviten el sobrepastoreo. Al pequeño Serengueti le faltan lobos y sin los lobos pierde eso que hace grandes a unos pocos de nuestros montes.

lunes, 5 de mayo de 2014

Puertos, colladas y altos

 Puertos, colladas y altos, que limitan y que unen más que separan, que vierten aguas y ofrecen pasos. Arándaneras, urces, escobas y pastizales que suben allá dónde el bosque no alcanza a llegar. La nieve que se derrite y agua mucha agua  que vierte a valles del norte y del sur que llena chamargos, pozas e ibones y da vida a ranas, sapos y tritones.

Hermoso, muy hermoso y mágico es el Puertu de Vegará.

jueves, 10 de abril de 2014

¿El señor de los bosques o Tetrao urogallus cantabricus?



Parece que, aquí, en este norte ibérico hay dos urogallos diferentes, dicotómicos que podrían relatar dos historias diferentes: 

Uno casi místico, legendario , ese sonido y señor del bosque, ese feisán del que todo el mundo habla pero que muy pocos han visto, ése cuyas historias se magnifican en los chigres hasta perder todo sentido de la realidad. Ése al que todo el mundo sabe lo que le pasa y el por qué de su declive. 


 El otro es Tetrao urogallus cantabricus, una tetraónida forestal, folívora que ha encontrado su nicho en los bosques caducifolios de la cordillera cantábrica, y que ha sufrido un declive importante en las últimas décadas . 

El primero es el que nos llevó a algunos a dedicar algunos años de nuestras vidas a investigar pero solo y únicamente es del segundo del que sabemos algo, del que tenemos datos científicos, contrastables y rigurosos que nos aportan información y que nos indican los pasos a seguir. 
A menudo ambos se mezclan y todo el mundo sabe lo que pasa con el urogallo, eso sí, sin que se sustente en datos  científicos. Y ahí viene el problema : se destina dinero para su conservación que se basa en mentiras mil veces repetidas que se asumen como verdades o en el atrevimiento de un desconocimiento sustentado por una conversación de chigre. En el mejor de los casos esas medidas serán inocuas, muy difícilmente tendrán un efecto positivo en las poblaciones de urogallo y fácilmente pueden llegar a constituir una nueva amenaza antrópica para nuestros urogallos ¿Para qué tenemos la ciencia si luego hacemos oídos sordos? Sólo si hemos utilizado el método científico podremos extraer conclusiones, el resto quedará en el campo de lo hipotético o anecdótico.

jueves, 13 de marzo de 2014

Los mundos de Quico

La toponimia nos sorprende, a menudo nos da pistas de la geología, nos cuenta historias o nos recuerda usos pasados. Otra veces simplemente nos confunde e inevitablemente sin quererlo nos oímos repitiendo la misma pregunta ¿de dónde vendrá ese nombre tan raro?
Ésta es una bonita historia de un nombre raro con un origen cercano y un relato narrado de abuelas a nietos. 

Un valle alpino de origen glacial y posteriormente surcado por un río, gris de caliza y verde de pastos y chamargos, amplio y hasta incluso llano. En una de sus laderas dónde la pendiente se hace pronunciada y la roca aflora evitanto ganados, una pequeña requejada rodeada de pared de piedra y chopos del país. Para algunos, su nombre: " los mundos de Quico". 

Un gato montés (Felis silvestris) se pasea por "los mundos de Quico"
Y es que fue hace años aunque no tantos, cuando la vida no trascurría más allá del límite que imponían las montañas que enmarcan este pequeño valle, cuándo la villa y el mercado más próximos estaban a varias horas a caballo y se vivía ajeno a cualquier mundo globalizado, en la autenticidad y aislamiento de un pequeño pero gran universo. Y ahí es dónde vivía Quico. En un mundo tranquilo, sosegado de vacas y hierba que... se le quedó pequeño... y un día anunció a su familia que debía haber un algo más allá de ese murallón de calizas horadadas y que iba a "conocer mundo". Sin embargo su viaje sólo duro varias horas y una reflexión, y su mundo no fue más allá de la pequeña requejada de lo que a partir de ahora se conocería como " los mundos de Quico"

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Gracias a la pervivencia de esa tradición oral de los magníficos contadores de historias de la montaña. De abuela a nieto.


domingo, 26 de enero de 2014

Huyeron del Norte y se encontraron con más Norte: lúganos



Un paisaje blanco, helador, cascadas que se deshacen en témpanos de hielo, el cierzo que ruge y congela la mirada, 1700 m de collada cantábrica en enero. Unos abedules que resisten estoicos el invierno y unos lúganos (Carduelis spinus) saltando de rama en rama.



Vienen del norte buscando inviernos templados y se quedan aquí dónde apenas existe el verano y el invierno se despliega con una fuerza de otras latitudes, ¿por qué no buscarán la dulzura invernal de los valles y las riberas?
Unas pocas parejas deciden criar en la primavera cantábrica, muy pocas, el resto retornan al verdor efímero de las taigas del norte.

Apenas 20 g de ave que llega a Iberia arrastrada por la ventisca de un temporal Escandinavo y consigue saltar de rama en rama en unos abedules tan fríos como los que dejó en el Norte.
 

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Gracias Juanan por las fotos de los lúganos