En lugares y días y como estos, el halo del Busgosu, señor de los bosques cantábricos, late en cada paso y cada rincón. En otros tiempos, este ser mitológico protegía sus montes de leñadores y cazadores. Hoy, las amenazas parecen otras, más del estilo de lunares minas a cielo abierto, pretendidas actuaciones de ordenación o mejora del hábitat, -pero ¿quién somos nosotros para decidir cómo ordenar un hábitat o cómo mejorarlo?¿un hábitat natural se puede mejorar?- o incendios provocados reincidentemente, incluso por aquéllos a los que pagamos por vigilar y cuidar nuestros bosques.
¡Que el Busgosu nos proteja!
Grande Bea!!!
ResponderEliminarJonathan Rodríguez
Gracias Jony!:)
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