Un orballo persistente tiñe de gris todo el paisaje en el minuto uno. El minuto dos, acompañado de un sol atrevido, abre el telón de un universo de colores que, en el minuto tres, se cubre de un manto blanco uniforme. Así es el otoño en la cantábrica.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario