Aicha es nómada. En verano las hierbas espinosas de los plateaux del M'Goun reverdecen con la retirada de la nieve, suficiente para su rebaño de 50 cabras y 4 burros. El invierno lo pasarán en los valles del sur dónde las nevadas no acosen a los rebaños. Ella, su marido y sus 16 hijos paridos.
Fátima tiene 6 años, su hermana Samira, 8 y ya son suficientemente mayores para cuidar del rebaño enriscadas entre los paredones de las gargantas imposibles del Achabou.
Tuda, 4 años mal cumplidos, que ya la obligan a ocuparse de los chivines. Tuda, ya lo dice su nombre, la que es autosuficiente.
Tiziri recoge cada mañana la hierba que sus 2 vacas necesitan comer y, a veces, recorre kilómetros a por un poco de leña de una sabina vieja y largamente maltratada. Una de esas veces volvió unas horas más tarde, con la leña y su recién nacido Isul.
Ellas, las mujeres bereberes. Ellas van a por leña, ellas cuidan del ganado, ellas lavan en las acequías, ellas cocinan, ellas aran, sus niñas cuidan de sus bebés y de sus rebaños, cuándo aún no pueden cuidarse a sí mismas.... Ellas trabajan......pero ellas apenas deciden.
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Nombres ficticios para historias verdaderas.
Sí, una vida dura, de lucha constante contra la naturaleza y encima con una sociedad tan rígida. ¿Has estado allí estos días? ¿Qué te ha parecido?
ResponderEliminar¿Viste el comentario que te dejé en la anterior entrada?
Contra y gracias a la naturaleza :) Si estuve por allá hace unos días en un viaje precioso.
EliminarMuy bien dicho, contra y gracias. Este texto hace reflexionar mucho.
ResponderEliminarYa he leído tu respuesta al otro comentario; mañana te la contestaré. Hasta mañana.