domingo, 26 de febrero de 2012



El irbis o leopardo de las nieves Uncia uncia es uno de los animales que forman parte de la leyenda, un animal tan buscado como desconocido. Poco se sabe de su biología, vive en las montañas de Asia central y su carácter nocturno, sigiloso y huidizo, asi cómo lo inhóspito de su hábitat, le confieren un halo de misticidad, una capacidad de representar lo salvaje y virgen.



Una virginidad cada vez más díficil de encontrar en nuestras Montañas Cantábricas, ese territorio del Norte de Iberia, tan humanizado como sorprendente. Un territorio moldeado por la acción humana desde que se asentaron los primeros pobladores en sus valles y vaguadas, y que está sufriendo un pronunciado despoblamiento en los últimos años. Algunas voces se alzan en favor de la protección del "paisano" y alegan que los usos tradicionales que constituían su modus vivendi, conforman el paisaje de nuestra Cordillera. Pero poco queda de aquel paisano que uncía los bueyes para ir a la hierba o de la paisana que los lunes lavaba en el pilón. El paisano actual puede acercarse, en muchos casos, a un hombre montado en un quad que aboga por cualquier solución al despoblamiento, aunque implique la destrucción del valioso entorno cantábrico. Menos mal que todavía hay paisanos que tienen claro que el futuro está en el patrimonio natural y luchan contra su destrucción. Todavía hay esperanza. Gracias Filón Verde.







2 comentarios:

  1. Gracias a ti Bea. La esperanza está en vosotros, jovenes y magníficos, con tanta preparación como coraje.
    Animo y adelante.
    Por cierto, enhorabuena por comenzar este blog. Lo seguiré
    Eduardo.

    ResponderEliminar
  2. Convencido de que el patrimonio natural es el más valioso de los patrimonios (de la naturaleza que no nuestro) está éste que aquí escribe desde las puertas de esa cordillera que veneras y recorres. Por eso mantener un equilibrio entre agricultura, ganadería y naturaleza es necesario y beneficioso cual enmienda de cultivo.

    Estas cosas no solían enseñárnoslas en la carrera pero no hay mejor carrera para nuestros sucesores que aprender a entender, respetar y conservar la naturaleza.

    Un abrazo Bea!!!
    Carlos

    ResponderEliminar