miércoles, 25 de abril de 2012

Allá donde se forjó la Teoría de la Evolución


El pingüino más norteño y endemismo de las Galápagos Sphensicus mendiculus.

Las Galápagos, un pequeño conjunto de islas volcánicas en medio del Pacífico. Apenas 150 años de poblamiento estable por el hombre. Alejadas unos 1000 Km del continente. Unas pocas especies llegaron desde tierra firme. Sin competidores ni depredadores, se diversificaron y adaptaron a los nuevos ambientes, sufriendo lo que los biólogos llaman una radiación evolutiva. Estas islas constituyen un verdadero laboratiorio viviente, un experimento evolutivo a escala real.
 
Las tortugas gigantes de tierra que dieron nombre al archipiélago. Geochelone sp.
Corría el año 1835 cuando un joven Darwin llegó a las Galápagos. Esta sería, a priori, una etapa más de su periplo naturalista alrededor del mundo. Sin embargo, pocos sitios marcarían y determinarían tanto como estas islas, su desarrollo de la Teoría de la Evolución. Fascinado y asombrado por las iguanas terrestres y marinas, los galápagos endémicos y diferentes de cada una de las islas, los cormoranes no voladores, la variedad de pinzones a los que, luego daría nombre y toda esa fauna parecida pero, a la vez, muy diferente a lo que había visto hasta entonces...anotó y recogió meticulosamente información y especímenes y empezó a masticar una idea.

Iguana marina Amblyrhinychus cristatus.
Todavía tardaría 24 años más en digerir lo que allí había visto y desarrollar su idea. En este tiempo, Alfred Rusell Wallace había llegado a conclusiones similares trabajando en el archipiélago malayo, y se lo había hecho conocer a Darwin. Al fin, en 1859, ve la luz "El origen de las especies por medio de la selección natural", su gran obra maestra. Una teoría revolucionaría que modificó para siempre el pensamiento biológico y consiguió empezar a poder explicar la diversidad de formas de vida sobre la Tierra.  

Lobito de mar Zalophus wollebacki
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Sorprendidos y fascinados también estamos nosotros después de 5 días en las Galápagos. Fue la guinda al pastel. ¡Hasta pronto Sudamérica!

jueves, 19 de abril de 2012

Otavaleños por el mundo

 La mayoría de la población ecuatoriana está en edad de trabajar; trabajan en su país y también exportan mano de obra a los países del Norte. En Nueva York, está la mayor colonia ecuatoriana del mundo, con el dinero que ganan y las remesas que mandan de vuelta a su país, construyen casas y familias, acá y allá. 

Otavaleña artesana y vendedora
En Otavalo, una pequeña ciudad al norte de Quito, todos son artesanos y vendedores. La ciudad rebosa de color y artesanía. Sin embargo, nos dice un joven "casi todos han emigrado, aquí sólo quedamos unos pocos". Y es que son ellos los que recorren todas y cada una de las fiestas y ferias de Europa vendiendo ponchos, bufandas, collares, mantas de lana de alpaca...cantando y tocando música de los Andes. Raza de viajeros y comerciantes. 

Mercado de Otavalo en la Plaza de los Ponchos


martes, 17 de abril de 2012

El indigenismo de Camilo Egas


Hasta entonces, las representaciones de los indígenas americanos sólo respondían a fines "científicos". Se les pintaba para inventariarlos, como simples rarezas del nuevo mundo, en un afán coleccionista.

Danza Ceremonial. Camilo Egas.
Camilo Egas (Quito 1889- Nueva York 1962) fue el primer pintor indigenista. Con sus cuadros desafió la visión de su época, criticó la desigualdad racial y la minusvalía humana en la sociedad ecuatoriana. Fue un eslabón y un puente entre culturas, tiempos y mentalidades. Se comprometió con las raices populares y participó en un cambio de actitud en la sociedad.


Ritual. Camilo Egas.
Sin embargo, ya un siglo después, y con el aparente reconocimiento institucional de la diversidad étnica y cultural en cualquier pais de Sudamérica, sigue pareciendo que tus rasgos pueden condicionar tu rol social. Queda camino por andar.

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El pequeño museo de Camilo Egas en Quito bien merece una visita.

jueves, 12 de abril de 2012

Bosques de las alturas

Parque Nacional Cajas. Al fondo bosquetes de quinoa.

Los árboles del papel o quinoa desafían a la altitud. A pesar de las duras condiciones ambientales de los páramos del altiplano ecuatoriano, varias especies de árboles del género Polylepis son capaces de formar pequeños bosquetes a más de 4000 m. de altitud. En nuestras latitudes, y en la Cordillera Cantábrica, no hay bosques por encima de los 1700 m. A medida que nos acercamos al Ecuador, la altitud reemplaza a la latitud y el aumento de la temperatura permite que haya bosques a las mayores cotas de todo el mundo.

Interior de bosque de quinoa.

lunes, 9 de abril de 2012

Cuenca, en Ecuador

Cuenca no fue fundada, ni "descubierta", Cuenca ya existía cuando la colonizaron los españoles, y también cuando la conquistaron los incas. Sólo le cambió el nombre Guapondelig, Tomebamba y finalmente Cuenca, a gusto del virrey de Lima, español y conquense de nacimiento.


Entre un paisaje "gallego" de colinas, verdor, praos, eucaliptos y vacas pintas, se vislumbra desde el alto una hermosa ciudad colonial de belleza altiplánica.

Por primera vez, no hay chabolas de madera, caña o calamina, sólo casas de ladrillo y teja, no hay lodazales rebosantes de basura, ni un centro colonial decadente.

Catedral de Cuenca
Un halo de optimismo y esperanza nos envuelve por primera vez en Sudamérica, en Ecuador, en Cuenca. 

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En casa de Loreto, Esteban y Josefa nos hemos sentido como en casa. ¡Gracias!

Manglares y piratas del mar


Entre la tierra y el mar, entre el agua dulce y el agua salada, desafiando a las mareas en un medio tremendamente cambiante, están los manglares.

Manglar de Tumbes


En biología no hay leyes que no se incumplan. Ni siquiera las raíces de los árboles necesitan estar ancladas a la tierra. El árbol del mangle parece que lanza sus raíces hacia el agua en un intento de colonizar este medio. Por el contrario, las raíces del mangle van de la tierra al aire, y éste es precisamente el mecanismo que les proporciona oxígeno en un medio completamente inundado. 

En Tumbes, en el límite costero y más norteño del Perú, están los manglares más meridionales de la América del Pacífico. Desde ahí hasta California se extiende este curioso y anfibio ecosistema, formando una banda estrecha, fragmentada y frágil. 

Pirata de mar Fregata magnificens

Como puerta de entrada al mar, los manglares también tienen sus particulares piratas, las fragatas o piratas del mar. En concreto, la fragata magnífica Fregata magnificens es una de las aves con mayor longitud alar respecto al tamaño de su cuerpo. Estas proporciones le valen como arma intimidatoria para perseguir a otras aves y conseguir las presas que otros ya han pescado. Un verdadero, magnífico y elegante pirata, que ha encontrado así su particular estrategia evolutiva. 


Hembra de fragata magnífica rodeada de dos machos exhibiéndose


lunes, 2 de abril de 2012

Aleteo de tiburón

Atardecer en el puerto de Máncora.

La playa de Máncora, en el Pacífico y al Norte del Perú, amaneció llena de peces muertos. 

"Llevábamos tres meses de sequía y, ayer el mar fue generoso. Sin embargo, rápído se olvidaron de la escasez. Todo lo que sobraba lo botaron a la playa nomás" Así nos lo explicaba un viejo pescador. 

Nos acercamos al puerto y allí casi sólo encontramos pequeños escualos a los que habían cortado las aletas, entre algún que otro atún. Sólo algunas especies tienen el suficiente valor comercial para que la pesca merezca la pena, el resto se descartan ya después de muertas en un arte muy poco selectivo. Una pesca muy agresiva que elimina a los superpredadores (tiburones y atunes), incapaces de recuperarse a corto plazo. Pesca con un futuro incierto. Algunos paises ya han prohibido el aleteo de tiburón (pesca de escualos para aprovechar sus aletas, muy codiciadas por la gastronomía asiática debido a sus supuestas propiedades afrodisíacas y curativas). Pero no todos...

Personalmente, me abstengo de tomar sopa de tiburón.


Pez "descartado" en la playa.
Gracias Manu por contarme todo lo que aprendes en los documentales y por participar en esta entrada.

Contrastes

Selva baja amazónica. Río Aipena.

A sólo unas horas de distancia, en el mismo país, pero con la Cordillera de los Andes por el medio.

Desierto costero, norte del Perú.

El TransAmazónico

El puerto de Yurimaguas huele a plátano frito y miseria. Bullicioso, embarrado y sucio, podría ser la versión pobre y actual de los cruceros que navegaban el Mississippi en el siglo XIX. Un barco con pretensiones de Transatlántico recorre los rios amazónicos. Más de 600 km y unas 40 horas de viaje fantástico nos separan de Iquitos, capital de la Amazonía peruana. 

El río Huallaga a la altura de Yurimaguas ya parece más grande que el Danubio en Viena. Un poco más adelante, a la altura de Lagunas, se le une el Marañón,  y pasado Nauta, el Ucayali que viene de Pucallpa. Ahí sí, al gran río formado por la confluencia de éstos a su vez, grandes ríos, se le llama Amazonas. El Amazonas, dinámico, cambiante y vivo, bañaba hace unos pocos años el malecón colonial y decadente de Iquitos. Ahora, la ciudad sólo se asoma en uno de sus extremos a la orilla de un cauce que puede alcanzar los 30 km. de ancho durante la estación de lluvias.

Esperando al barco
La lancha es un gran mercado flotante. A su llegada a cada pueblito ribereño, una multitud apresurada de vendedores de frutas y pescado ahumado se abalanza desde sus canoas por un par de Soles que les solucionen el día. Los más afortunados cargan madera, yuca o plátanos para venderlos en el gran mercado de Iquitos. De repente, la lancha no avisa y se va... cada vendedor se apresura a bajarse como puede. Larga espera para apenas 10 min...quizás algunos hayan tenido suerte.

Vendedora subiendo al barco

El barco, mueve lento, como la lentitud de los rios Amazónicos, el curso diario de las vidas de estos pueblos. Pueblos humildes, en la región más pobre del Perú. Paradójicamente pobres en un lugar que fue centro económico mundial en la época del caucho, y que actualmente almacena las reservas peruanas del oro negro. Pero, como siempre, estas reservas las explotan otros.

Comercio flotante