miércoles, 9 de septiembre de 2015

Himantoglossum hircinum




Ya no es tiempo de esta orquídea. A finales de junio este individuo ya se desvanecía y perdía la belleza de su floración. Es Himantoglossum hircinum. Apareció en una ladera calcárea, pedregosa y bien soleada de la montaña leonesa. El lóbulo central del labelo de su flor, largo, fino, enrollado en espiral y retorcido evita que esta orquídea pase desapercibida. Fragilidad, belleza, rareza. Desde la Cantábrica hasta las sierras Béticas tanto en ambientes atlánticos como mediterráneos. Eso sí, su distribución es parcheada. Necesita a una abeja y la abeja la necesita a ella. 
Ésta sólo es una entre las aproximandamente 25000 orquídeas del planeta. Todas con flores difíciles, vistosas. Todas formando parte de una red de interacciones que aportan complejidad y belleza a los ecosistemas. Deben ser polinizadas, mimetizan, se benefician del mutualismo de un hongo; añanden a su complejidad taxonómica, la complejidad de su función. 
Hermosas.

domingo, 12 de abril de 2015

El melandru (Meles meles)

Tan nocturno que hasta la luz de las noches de luna llena le retrae a su tejonera, rara vez el tejón, nuestro melandru Meles meles se deja ver a la luz del día.
Patas cortas, andar torpón, la nariz pegada al suelo y esa mata de pelo. Nuestro mustélido más grande bien podría semejar una de las mil veces retratadas mofetas americanas. Su ADN revela un ancestro común que se diferenció en dos lineas evolutivas: la que diera lugar a las mofetas de la familia mephitidae en América y aquella más ubicua que formó la familia de los mustélidos: tejones, martas, armiños, nutrias, glotones...

Taxonómicamente son Carnívoros, ese grupo de mamíferos muchas veces en el ápice de la pirámide trófica, escasos, poco abundantes e históricamente perseguidos. Ecológicamente sin embargo, nuestro melandru es un onmívoro oportunista: su nombre le viene de la miel que selecciona en su alimentación, pero tanto plantas, como invertebrados o incluso carroñas pueden formar parte de su dieta. Aún así sigue siendo presa de trampas inespecíficas para carnívoros.


Se distribuye por toda Europa y por toda Iberia desde hábitas semiáridos a alta montaña, pero eso sí prefiere zonas heterogéneas, de mosaico, dónde los pastizales se alternan con bosques caducifolios y matorrales. 

Los datos acerca de su abundacia son escasos y muy locales y con esta base la UICN la considera como una especie de "preocupación menor". Sin embargo, se sospecha un declive de sus poblaciones en la península que ha llevado a la realización del I Sondeo Ibérico de Tejoneras, organizado por la SECEM (2013-2014). Esperamos esos resultados para poder dejar de sospechar, especular o de hablar por hablar de tendencias y abundancias poblacionales.

Mientras tanto, nos recreamos en esos escasos momentos en los que el nocturno tejón, nos regala un paseo diurno.

lunes, 2 de marzo de 2015

¿Crecidas inadmisibles?

El Ebro imponente desfigura su cauce y hace fértil su gran llanura aluvial, inunda pueblos, cultivos, carreteras.... Ha nevado mucho -ésta tiene el honor de ser una de esas nevadas "como las de antes"- y después la lluvia y una subida de temperaturas repentina han volcado parte del agua cantábrica pero, sobretodo Pirenaica, en esta gran cuenca del Ebro. 

El Ebro, según la Asociación para la Tributación de las Transacciones Financieras y la Acción Ciudadana (ATTAC)
 
En la tele, un paisano, 50-60 años, de uno de los pueblo afectados, visiblemente enfadado se queja: "esto es inadmisible (la crecida), toda la vida viviendo al lado del río y nunca he visto algo así" 
Y una que se pregunta: ¿Qué es inadmisible?, ¿que nieve y luego deshiele? ¿que el Ebro aumente su caudal? ¿que nos hayamos asentado en las llanuras de inundación? o exactamente ¿qué?, ¿que los ríos sean sistemas más o menos naturales en vez de canales debidamente regulados por presas y aliviaderos? ¿podemos calificar como inadmisible un fenómeno natural que se escapa a la planificación antropocéntrica?. Inadmisible podría ser la gestión de la crecida, la construcción en zonas inundables, la eliminación de la vegetación de ribera que amortigua las crecidas, inadmisible sería pensar en un río-canal y no en un río vivo, que crece, inunda, cambia de cauce, forma deltas y aporta sedimentos al mar.
Y luego está el "toda la vida" que siempre que hablas de biología, de geología, de evolución, rasca un poco. En este caso el toda la vida se reduce a, como mucho y con una memoria privilegiada, unos 50 ó 60 años, ¿es eso suficiente para clasificar y creer conocer la vida de un río? muy corta se queda la memoria humana. Avenida extraordinaria sí, pero ¿cuántas veces se habrá salido el Ebro de su cauce a lo largo de su vida como río?, incluso ¿cuántas veces habrá cambiado de cauce?.
Lo que está claro es que el Ebro está creciendo "por encima de nuestras posibilidades".

Un río que nace.
"

sábado, 28 de febrero de 2015

Pingüino de río

En los cursos medios y altos, aguas limpias, macroinvertebrados, su distribución perfila en el mapa las montañas de la meseta Norte y algunos puntos aislados de las montañas del Sur. Es el mirlo acuático Cinclus cinclus nuestro pequeño pingüino de río.
Es considerado bioindicador de aguas limpias y sistemas fluviales con un alto grado de naturalidad.  Y con bioindicador nos referimos a que su presencia y su tendencia poblacional nos marcan la calidad y la salud del ecosistema en el que vive. Según el Catálogo Nacional de Especies es una especie "De interés especial" en estas latitudes, sus números brutos en Iberia no parecen preocupantes, sin embargo su tendencia es claramente regresiva. Y decíamos que es un buen bioindicador de salud fluvial.
Nos preocupa nuestro pingüino de río, pero no sólo él: nos preocupan los macroinvertebrados, las truchas, las aguas de la montaña y los bosques de ribera, los desmanes y las nutrias. 
En estos días que ya huelen a primavera, los mirlos emparejados, empezarán a contruir su nido. En cada pequeño tramo de río, una pareja. Eso sí, sólo en los de aguas limpias y oxígenadas.

viernes, 6 de febrero de 2015

Buen viaje Chencho

La nieve de un febrero montañés marcó su llegada y la nieve también su partida, 93 años después. El mismo manto blanco que borrará las huellas de la memoria de otro tiempo. Las huellas de un tiempo de encuentros fugaces "con los del monte", de aquella persecución en la que el Tío Patato se libró de un futuro poco halagüeño o de aquéllos paseados que siguen sin descansar en la esquina de aquélla tierra que nunca se araba. Historias de nieve, de guerra y de carbón. Y siempre Santa Lucía. Historias díficiles de contar, que todavía hoy remueven entrañas. La última vez, hace pocos meses, que las noticias rescataron la memoria y con ella Chencho volvió a contar, las historias fluyeron como pocas veces, pero siempre seguidas de un " esto no lo cuentes por ahí" o " no se te ocurra contarlo". Con la persistencia de un miedo díficil de explicar, al menos, 60 años después. Me prometí volver pronto y grabarlas, pero llegué tarde. Hoy, de nuevo, quedarán bajo la nieve de un febrero glaciar.

Chencho, seguro que éste tu otro viaje está lleno de huertas, rosales y de bocatas de jamón. Te echaremos de menos, mucho.
Chencho, arriba a la izquierda

lunes, 2 de febrero de 2015

Aves del frío

 Son escribanos nivales Plectrophenax nivalis. Aves del frío, de las gélidas tundras del permafrost, de las montañas de Siberia, Escandinavia y Saskatchewan. Latitud 60º Norte. Allí crían en el fugaz y explosivo verano casi ártico entre oquedades y grietas. Pero allí sólo pasan la primavera y el verano. 

Los primeros frentes otoñales les arrastran hacia el Sur en su lucha por la supervivencia. Llegan a las islas británicas y al centro de Europa. Y la mayoría se queda allí. Unas pocas decenas son visitantes habituales de las costas del Norte de Iberia desde Galicia a la costa Brava. Y aunque raramente cruzan el Mediterráneo hay unas pocas citas en tierras subtropicales de Argelia, Marruecos y Túnez.



Pero no sólo eso, además de en la atemperada costa cantábrica, este par de machos decidieron adentrarse en el enero de la Cordillera Cantábrica - eje central, vertiente sur, puerto venteao de torvas y traves- muy distante de la suavidad de su homónimo costero. Eso sí los dos eran machos, de mayor tamaño y con una mayor tolerancia al frío.

Rarezas que, de nuevo, rompen las leyes centrales de la ecología, que devuelven la importancia a los raros, a las excepciones, a los individuos, y nos vuelven a recordar que al fin y al cabo- y por encima de distribuciones y hábitats axiomáticas- "las aves, vuelan"

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Macdonald, C. (2012). Annual patterns of movement and distribution in the arctic breeding snow bunting (Plectrophenax nivalis).
 
RAMOS, J. J., González del Campo, P., Delgado, A., & Perez, N. (2014). First record of Snow Bunting (Plectrophenax nivalis) in the Moroccan Atlantic Sahara. Go-South Bulletin, 11, 17-18.
 
http://www.seo.org/ave/escribano-nival/