miércoles, 26 de junio de 2013

Las Arribes del Águeda


El Duero y varios de sus afluentes dibujan la linea que separa Zamora y Salmanca de ese otro país con el que compartimos Iberia. Nos separan y nos unen y lo hacen afilando valles graníticos en una suerte de fiordos mediterráneos. En leonés, los llamamos arribes, arribos o arribanzos y forman un Parque Natural de más de 100.000 ha muy alargadas. En su extremo meridional, uno de los afluentes del Duero, el Águeda, mantiene, sin embalsar, la naturalidad de esta bonita frontera. 

Las Arribes del Águeda
Las dehesas de encinas Quercus ilex, melojos Quercus pyrenaica, o incluso alcornoques Quercus suber, forman la matriz de un mosaico salpicado de jumbrios (Juniperus oxycedrus), fresnos Fraxinus angustifolia en las partes más húmedas, acebuches Olea europaea y hasta los raros almeces Celtis australis que se precipitan por los arribanzos desde la meseta al río. Paradigma de bosque mediterráneo en el que no faltan buitres leonados Gyps fulvus, cigüeñas negras Ciconia nigra y águilas reales Aquila chrysaetos.



Paisaje mediterráneo de las Arribes del Águeda

Sí, aquí tenemos paisaje, impresionante sí, pero sobretodo fabuloso, lleno de esa mezcla, de esa poción mágica que sólo se consigue en las zonas de frontera. Lleno de trasiegos, de batallas, de fortalezas, de pastores en tierras comunales, lleno de contrabandistas y estraperlo, de monstruosos enguiles y de veneradas "damas blancas". Lleno de historias, de leyendas que te ahondan la mirada, que sugieren, enriquecen y lo transforman todo, dibujando el encanto de las tierras transforterizas.

Chozo de pastores

domingo, 16 de junio de 2013

Verde, pero no natural


Verdes son las laderas cubiertas de feleitales post-fuego, verdes son los praos cargados de ganado de las rasas costeras, verdes son las plantaciones de eucaliptos y verde es el pino....pero no naturales. La mano del hombre impregna gran parte de ese norte bucólico, "¿paraíso natural?", requemado, sobrepastoreado, densamente poblado, explotado y lleno de infraestructuras....pero verde. Y es que claro, es verde porque llueve...y mucho! Pero no puede ser paraíso natural cúando prácticamente no hay ecosistemas autóctonos por debajo de los 700 m, será otra cosa paraíso cultural, antrópico, verde o como queramos llamarlo...y nos puede gustar. 

Las estepas, los páramos verdean de clorofila en primavera, explotan multicolores antes de empezar el verano, se agostan, vuelven a reverdecer con las lluvias otoñales y los secan las heladas. Los encinares no son lo que se entiende como verde, el sotobosque de los melojares se agosta-reverdece y se hiela siguiendo el ciclo de las estaciones. Las garrigas, los montes y bosques mediterráneos ni, por supuesto, los desiertos ibéricos lo son. ¿pero son menos naturales?¿son menos paraísos?.

Monte mediterráneo en Andújar


Está claro que nos encanta "lo verde", está claro que en Iberia hay ecosistemas verdes, bastante naturales y poco antropizados, pero no es menos cierto que mucha de esa Iberia salvaje, auténtica, poco humanizada, no es verde y que mucho de lo que conocemos como verde y a menudo se valora desmesurademente es más un pequeño o gran desastre antrópico que un paraíso natural.

Encinares de Extremadura, con grullas incluidas

 Algunos queremos esa España verde pero no nos vale con verde y lluviosa, también tiene que ser natural. Y también queremos esa España mediterránea multicolor, soleada y natural. 

Iberia verde y paraiso natural




miércoles, 5 de junio de 2013

¿Día Mundial del Medio Ambiente?


Medio ambiente, sostenible, ecológico, ecológico, sostenible, medio ambiente...
palabras, de manidas, huecas, meras declaraciones de intenciones que escriben protocolos internacionales, dan vía libre a empresas, consiguen estándares de calidad y llenan facultades de ilusiones y sueños profesionales, enseguida truncados. Significantes que llenan papeles pero a los que hemos vaciado de significado. Así no valen para nada. Mientras las empresas y las naciones se compromenten al cuidado del medio ambiente, a la sostenibilidad, en este, nuestro único planeta azul-de momento- y global se transforman hábitats naturales por antrópicos a velocidades prácticamente inimaginables, se afronta una crisis de la biodiversidad sin precedentes, y toda el esfuerzo de los bienintencionados humanos se queda en inútil a la hora de conseguir reducir la emisión de los gases de efecto invernadero. En fin nada, sólo palabras vacías. 

"es que en épocas de crisis hay que priorizar"... ¿y acaso cuidar esa gran casa en la que vivimos y en la que ojalá que puedan vivir lo que nos sigan no es una prioridad indiscutible?

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Menos mal que siempre nos quedará Munietsos y todos esos biólogos y ambientólogos cuyo trabajo se considera superfluo en estos tiempos en los que precisamente es más necesario que nunca.

sábado, 1 de junio de 2013

Esguilos

Un crujir de ramas inesperado e insistente rompe el silencio del bosque. Resulta ser un facendoso esguilo o ardilla (Sciurus vulgaris) que no se ha dado cuenta de otra presencia. Ahora, en primavera cuándo sus densidades son menores después del rigor invernal, prepara su nido (sí su nido de mamífero) para el momento reproductivo del año.


Herbívoro y roedor debe pasar casi todas las horas diurnas en busca del alimento vegetal que suplirá sus necesidades energéticas, que no son pocas en relación a su tamaño.  Es territorial y forestal, su vida discurre en los alrededores de un nido en la copa de un árbol que es tanto nido-casa como nido-lugar de cría. 


Paleártico y en algunos lugares incluso urbanita, es uno de esos pocos mamíferos salvajes de los que todavía es fácil disfrutar: bastante abundante en algunos lugares, de hábitos diurnos, conspicúo...vamos que se deja ver.

En Iberia lo encontramos por todo el norte y todo el este mediterráneo, casi siempre asociado a sistemas montañosos- dónde quedan las mejores manchas boscosas- serán más fáciles de ver en los quejigares y pinares mediterráneos dónde son más abundantes, pero siguen siendo comunes en robledales y hayedos eurosiberianos, como los de las fotos.

Y por fin y por una vez, inmersos en esta gran crisis de la biodiversidad, se puede hablar de una especie de cuya salud no nos tenemos que preocupar. ¡Seguiremos viendo esguilos en nuestros bosques, por lo menos por unos cuantos años!Lo que no es tan probable es que estas ardillas sean capaces de cruzar Iberia sin poner los pies en la tierra, al menos mientras las ardillas no tengan alas...


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 www.magrama.gob.es/es/biodiversidad/temas/inventarios-nacionales/76_roden_tcm7-22049.pdf